Los diferentes tipos de necesidades a las cuales se ha ido enfrentando el hombre a través de los años han generado que este se ponga a pensar y a estudiar diferentes técnicas que le permitan, por ejemplo, construir, desplazarse o medir y en este camino devino el hombre en el uso de las diversas figuras geométricas.
Las mencionadas figuras de acuerdo a la función que presentan se clasifican en cinco tipos: A dimensional, el punto; Unidimensional, la recta (semirrecta y segmento) y la curva; Bidimensional, el plano, delimitando superficies (el polígono, el triángulo y el cuadrilátero), la sección cónica incluye a elipses, circunferencias, parábola e hipérbola, describiendo superficies (superficie reglada y superficie de revolución; Tridimensional, nos encontramos con aquellas que delimitan volúmenes, el poliedro y aquellas que en cambio describen volúmenes, sólido de revolución, cilindro, esfera y cono; y las N-Dimensional, como el politopo.
Por ejemplo, el cuadrilátero y el triángulo resultan ser figuras geométricas sólidas que delimitan volúmenes.
El triángulo es una de las figuras geométricas más reconocidas y populares. Básicamente se trata de un polígono compuesto por tres lados. A mencionada figura del triángulo es lograda a partir de la unión de tres rectas que se interceptarán en tres puntos no alineados, mientras tanto, cada uno de estos puntos en donde es posible que las rectas se unan se denominan como vértices y los segmentos que se conforman se llamarán lados.
Existen diversas maneras a la hora de clasificar a esta figura geométrica, por la amplitud de sus ángulos (rectángulo, acutángulo y obtusángulo), por la longitud de sus lados (equilátero, isósceles, escaleno).
Por su parte, el cuadrado es otra de las figuras geométricas por excelencia. Se trata de un polígono compuesto por cuatro lados iguales y paralelos y sus ángulos miden todos 90°, siendo estas sus características salientes y definitorias.